EL VIOLIN DEL
DIABLO/MIERCOLES DE CENIZA - RAUL GONZALEZ TUÑON
Ediciones La Rosa Blindada, Bs As, 1ra ed. 1973,
20x13.5 cm, 156 pp.
Colección de poesía La Rosa Blindada dirigida por José
Luis Mangieri
Raúl González Tuñón participó de la vanguardia literaria
argentina de la década de los años 1920 y viajó luego a Europa. Vivió en París
y en Madrid, ciudades en las que hizo amistad con poetas como Robert Desnós,
César Vallejo, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Federico García Lorca y Pablo
Neruda. Su obra se inicia con "El violín del diablo", que publicó en
Bs As en 1926, a los 21 años. En esa época, colaboró con la revista Martín
Fierro, en la que también escribieron Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo,
Francisco Luis Bernárdez, Leopoldo Marechal, Macedonio Fernández y Eduardo
González Lanuza, entre otros. La revista solía polemizar burlonamente con el
llamado grupo de Boedo, que agrupaba a los escritores identificados con la
literatura social, quienes a su vez denominaban a sus colegas de "Martín
Fierro" como el "grupo de Florida". Siendo Boedo un barrio
entonces proletario y Florida la calle elegante de esa época, los polos de la
polémica eran más políticos que literarios. González Tuñón mantuvo relaciones
cordiales también con el grupo de Boedo, especialmente con el poeta Nicolás
Olivari.
Juancito Caminador, un personaje inspirado en un
artista de circo y en una marca de whisky (Johnny Walker) se convirtió en un
alter ego literario del autor.
González Tuñón influyó decisivamente en la cultura
argentina de los años cincuenta y sesenta y es considerado uno de los
fundadores de una corriente moderna de poesía urbana.
Con El violín del diablo (1926) y Miércoles de ceniza
(1928) trae Tuñón a la poesía argentina el desenfado y la picardía de los
muchachos de los puertos, de los vagos y mal entretenidos que deambulaban por
el viejo Paseo de Julio. Es un reconocimiento apasionado no sólo de la gente
sino de los escenarios poco prestigiosos de la ciudad durante los años '20. Es
en el puerto, en los suburbios, en el conventillo que encuentra los motivos de
sus poemas. Todo es motivo de canto para el poeta que, por encargo de su novia,
escribe Poema para la Virgencita del Teatro Cervantes. En este primer período,
la poesía de Tuñón une a lo descriptivo la imagen insólita, la pirueta, un pase
de prestidigitador.
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