LA HUELLA - CARLOS
VEGA
Bailes tradicionales argentinos. Historia. Origen.
Música. Poesía. Coreografía.
Ricordi Americana, Bs As, 1948, 18x13 cm, 40 pp. Muy
buen estado de conservación.
Desciende de los minués y gavotas del siglo XVIII, conservando
ese carácter palaciego, pero modificada por la intención rural, picaresca, y
desde la campaña de Buenos Aires donde se dio seguramente esta fusión
cortesana-rural, se difundió a todo el país, con el acostumbrado cambio de
estilo que sucede cuando las danzas del salón cortesano descienden a la
campaña.
No hay muchos documentos que permitan rastrear sus
comienzos, recién alrededor de 1880 la menciona Ventura Lynch. Para remontamos
más atrás debemos recurrir a las coplas que atestiguan su presencia -muy activa
en las guerras civiles de nuestra patria- y la ubican aproximadamente desde
1830. Sus coplas hacían referencia directas a los acontecimientos de la época.
Es común identificarla por su estilo con la zona
pampeana, donde se caracteriza por adquirir el ritmo más lento, pero fue
conocida en casi todo el país, como dice Carlos Vega: "Se bailó desde La
Pampa hasta Misiones y el Chaco, desde San Luis hasta Santiago y Tucumán, desde
Mendoza hasta Salta y probablemente Jujuy". Ya no se baila espontáneamente,
es decir corresponde al folklore histórico, pero sí se registra el canto de sus
coplas, especialmente en la región bonaerense.
Su ascendencia hispana ha sido señalada en la letra
que se acopla a la música y que a modo de estribillo repite: "...a la huella,
a la huella, etc."
Esta danza une el sentido señorial, cortesano, que
se manifiesta en el motivo de tomarse las manos y en sus evoluciones elegantes,
lentas y armoniosas, con cierto carácter picaresco que encontramos en la
galantería de sus figuras.
Su vida en el ambiente rural, como danza folklórica,
la podemos registrar durante casi un siglo desde 1830 hasta 1920.
El musicólogo Carlos vega anota, que la huella es
una danza apicarada, porque incluye un pasaje en que los danzantes se dan la
mano y la mujer pasa bajo el brazo del compañero.
Se la conoció también como la güella y la hueya. En
La Pampa se la llamó también “huella pampeana”.
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