LOS ARBOLES
MUEREN DE PIE - ALEJANDRO
CASONA
El Ateneo, Bs As, 2º edición, 1950. 19.5x13 cm, 178 pp.
Cubierta y decorados de Gori Muñoz. Rustica con solapas, muy buen estado de
conservación, hojas amarillentas por el paso del tiempo.
Casona (1903-1965), fue un dramaturgo
español, en cuyas obras combina los juegos entre realidad y sueño de base
poética. Durante
la Segunda República española, tuvo activa participación en la campaña cultural
de las Misiones Pedagógicas. En 1934 recibió el premio de teatro Lope de Vega.
En 1937 se va de España, se traslada a México, donde estrena en ese mismo año
Prohibido suicidarse en primavera, y finalmente a Argentina, país en el que
vivirá hasta 1963, año de su regreso a Madrid.
Por su simbolismo y poesía, su teatro se ha emparentado
con el de autores como Giraudoux y Priestley.
Estamos en un mundo escénico amable: precisamente toda
la acción gira en el rechazo del elemento perturbador de un mundo feliz; en la
fantasía como remedio y bálsamo para una vieja herida. Y es tal el milagro del
remedio que cuando en el desenlace la realidad aparezca con toda su brutalidad,
el personaje más débil ha elegido ya el camino más digno y es ella misma, la
abuela, quien rechaza al nieto criminal y maleante cuya sombra ha planeado
sobre la escena y que, sin saberlo, ha sido el motor para la creación del falso
mundo de fantasía creado en su antiguo hogar
Casona necesitaba escapar de la realidad de un mundo
cruel y por esto inventa un falso mundo, juega con la fantasía y la realidad en
el teatro. Estamos, y se ve desvela primera escena, ante una escenificación del
teatro dentro del teatro, no al modo pirandelliano, sino instrumentando
elementos del vodevil. Esta obra nos ofrece un mundo tocado de fantasía y unos
personajes que ejemplifican una idea moral. Desde la escena pretenden mostrar y
demostrar al espectador el bien, la belleza, la vida en su expresión más
genuina, bondadosa y maravillosa.
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