UBU REY / UBU
ENCADENADO – ALFRED JARRY
CEAL, Bs As, 1980,
12x16, 115 p. Tapa blanda, rustica editorial, ejemplar sin uso,
excelente estado.
Estrenado en 1896 y
publicado en 1900 junto con Ubú encadenado,
este drama de Jarry es una visión escénica descarada y
abiertamente satírica de las mentiras de la edad moderna, aunque el
argumento se desarrolla en un mundo lejano y por completo extraño a
la civilización actual. El protagonista, Ubú, es un capitán de
dragones del rey Wenceslao de Polonia. Por inspiración de su mujer,
grotesca parodia de Lady Macbeth, Ubú se deja tentar por la ambición
del trono; durante una parada militar mata, con los conjurados, al
soberano y a dos de sus hijos.
Una vez proclamado rey, Ubú trata
de sacar dinero de todas partes; despoja y mata a nobles y
magistrados, impone contribuciones excesivas a los campesinos y
concede al pueblo alguna dádiva de tanto en tanto para evitar
disturbios. Nace, a pesar de todo, un vivo descontento, y el
improvisado soberano busca el remedio con locas medidas. Estalla
entre tanto la guerra con Rusia; luego asciende al trono el hijo de
Wenceslao, y Ubú, tras varias peripecias, se escapa, con el
propósito de hallar en otros horizontes nuevas oportunidades para
detentar el poder.
Grosera marioneta
simbólica, Ubú es mucho menos y mucho más que un personaje. Su
brutalidad, su crueldad, el lenguaje absurdo y vulgar que refleja su
incontinencia, encierran la parodia de todas las instituciones y de
todos los regímenes, en una anárquica y despiadada negación.
Si por un lado
representa el lado negativo de la humanidad (la ambición, la
codicia, la maldad, la estulticia), por otro el rey Ubú es también
el insulto que Jarry lanza a una sociedad absurda. El pueblo es
todavía más estúpido y despreciable: obedece y aplaude por temor,
por ignorancia o por costumbre.
En Ubú encadenado,
compuesta en 1889, la acción escénica está dirigida en este drama
siguiendo una inspiración fantástica que resultaría incomprensible
si el interés de la obra no residiera en la sátira de los
acontecimientos singulares y en el diálogo. El pobre Ubú, rey sin
corona, llega al país de los Hombres Libres, y para encontrar
fortuna de manera original, quiere hacer de esclavo, de limpiabotas.
De este modo queda patente la
crítica al orden democrático, de modo análogo a como en el drama
Ubú rey se
criticaban los gobiernos absolutos.
Las obras se
inspiran, desde el punto de vista escénico, en una experiencia de
tipo simbolista para subrayar con la continua sátira la movilidad de
una fantasía cómica
.
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