Editorial
Sur, Bs As, 1ra edición 1962, 20x12, 72 p. Tapa blanda a dos
tintas con solapas, ejemplar intonso, sin uso, excelente estado.
Prólogo
de Octavio Paz .Cuarto poemario de la autora, que incluye además
poemas de "La última inocencia" (1956), "Las
aventuras perdidas" (1958) y «Otros poemas» (1959).
En
una época en que predominaba la poesía comprometida,Pizarnik
adelantó la nueva vanguardia en Argentina con su libro de poemas
Árbol
de Diana (1962).
La
influencia de esta obra neosurrealista es evidente en la poesía de
la década siguiente. "El 70 en poesía y en la Argentina es la
década de la disgregación de las vanguardias, de su atomización en
individualidades meritorias, precisamente porque estas
individualidades son los elementos más dinámicos de la poesía de
la época, que ya no podían ser reunidas bajo un programa común o
unas premisas generales. Comienza la lenta demolición de los padres
y tutores de la década anterior: Pablo neruda, César Vallejo,
Ernesto Cardenal, númenes latinoamericanos, y el conjunto de la
poesía social universal tomada antes como referencia inmediata,
empiezan a ser abandonados”, dice Luis Benítez en su artículo “La
poesía argentina de las últimas décadas”.
Octavio
Paz firmó la introducción a este libro. En ella analiza los
diferentes significados del árbol de diana, (químico, botánico,
mitológico, etc.) y los rasgos que comparten estos significados con
la poesía de Pizarnik.
En
la química, el árbol de Diana es una amalgama dentrítica de plata
que tiene forma de árbol y toma su nombre de la diosa romana que se
asocia con la luna, por lo que en épocas pasadas también era
sinónimo de la plata. De este significado químico , Paz dice que su
estilo surrealista y mundo de ensueño son como a una “cristalización
verbal por amalgama de insomnio pasional y lucidez meridiana en una
disolución de la realidad sometida a las más altas temperaturas”.
En
referencia a las cualidades botánicas, Paz dice que los temas de la
orfandad y soledad son como un árbol sin raíces, y compara el
hermetisimo y el mundo interior de sus versos con la “extraordinaria
trasparencia” del árbol por lo que “…pocos pueden verlo.
Soledad, concentración y un afinamiento general de la sensibilidad
son requisitos indispensables para la visión”.
Y
de la naturaleza sombría, dolor y tristeza, Paz dice: “La
hostilidad del clima, la inclemencia de los discursos y la gritería,
la opacidad general de las especies pensantes, sus vecinas, por un
fenómeno de compensación bien conocido, estimulan las propiedades
luminosas de esta planta”.
Con
respecto a su significado mitológico, Paz comenta: “Los antiguos
creían que el arco de la diosa era una rama desgajada del árbol de
Diana. La cicatriz del tronco era considerada como el sexo (femenino)
del cosmos. Quizá se trata de una higuera mítica (la savia de las
ramas tiernas es lechosa, lunar). El mito alude posiblemente a un
sacrificio por desmembración: un adolescente (¿hombre o mujer?) era
descuartizado cada luna nueva, para estimular la reproducción de las
imágenes en la boca de la profetisa (arquetipo de la unión de los
mundos inferiores y superiores). El árbol de Diana es uno de los
atributos masculinos de la deidad femenina”.
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