PERSPECTIVA DE
LA LUCHA EN VIETNAM - WALTER CRONKITE
Plaza & Janes, Bs As 1ra ed. 1966, 17.5x10.5 cm,
151 pp.
En 1968, Walter Cronkite, que se había unido a la CBS
18 años antes, era uno de los periodistas de televisión más respetados e
influyentes de Norteamérica. Según un político de la época, Cronkite podía
cambiar la intención de voto de miles de norteamericanos “con una simple
inflexión de su voz de barítono, o alzando una de sus pobladas cejas”. Desde
1965 hasta 1968, Cronkite había adoptado un enfoque imparcial de la información
sobre la guerra, reflejando la cautela general de las principales cadenas de
televisión de no presentar la guerra y la administración Johnson bajo una luz
desfavorable en la televisión nacional. Pero en octubre de 1967, las actitudes
estaban cambiando. El 7 de ese mes, Cronkite ofreció en el telediario la imagen
de un soldado norteamericano cortándole la oreja a un Viet Cong muerto.
Cuando la ofensiva del Tet a principios de 1968, el
norteamericano medio y Cronkite fueron conmocionados. El 31 de enero, cuando
las fuerzas del Viet Cong trataban de abrirse paso hacia la Embajada
norteamericana en Saigón, las noticias llegaron a Estados Unidos justo antes de
que se transmitieran los boletines de noticias de la noche. Los confusos
informes iniciales indicaban que la Embajada había sido ocupada por el enemigo
y Cronkite espetó: “¿Qué demonios está pasando? Yo creía que estábamos ganando
la guerra “.
Cronkite voló a Saigón (su primera visita desde 1965)
para evaluar la situación sobre el terreno. El 27 de febrero, en un raro
informe personal en la CBS, anunció que era “más seguro que nunca que la
sangrienta experiencia de Vietnam acabará en un punto muerto”. Cronkite veía
una sola solución para el embrollo en el que los Estados Unidos se encontraba:
negociar con Hanói. El presidente Johnson, mirando el telediario en la Casa
Blanca, se volvió hacia su secretario de Prensa y dijo: “Si he perdido a
Walter, también he perdido al señor ciudadano medio”.
Pero Cronkite estaba reflejando a la opinión pública
más que guiándola. El 20 de febrero el comité de Asuntos Exteriores del Senado
había comenzado a desarrollar visitas televisadas cuestionando la necesidad de
la guerra, mientras que días más tarde, el MACV anunciaba el mayor número de
bajas semanales de toda la guerra, con un total de 543 soldados norteamericanos
muertos. Pero para Johnson, lo peor aún no había sucedido.
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