LAS AVENTURAS
DE LA VANGUARDIA, El arte moderno contra la modernidad - JUAN
JOSE SEBRELI
Sudamericana, Bs As 1ra ed. 2000, 23x15.5 cm, 458 pp.
Lo que caracteriza para Sebreli a la vanguardia, es su
aprecio por lo efímero y lo oscuro. Son corrientes para él condenadas al
olvido, ya que desprecian, “no sólo a quienes comprenden únicamente lo
superficial, sino a todos aquellos que pretenden racionalmente entender lo que
es profundo”. Esta obra nos muestra la necesidad de un mayor sentido crítico al
considerar la historia de las artes plásticas y la cultura en general. Su
lectura es francamente demoledora, ya que aunque no aclara en ningún momento lo
qué es el arte hoy, quita muchas dudas sobre lo qué desde luego no lo es. En
este libro hay páginas estremecedoras, que dan una visión terrible sobre
algunas figuras míticas de las vanguardias del siglo XX. Así vemos a Gauguin,
prisionero de su propia leyenda, moribundo en una choza de Tahití, rodeado de
estampas de Rafael, Holbein o Rembrandt, sin poder regresar a Europa, por
consejo de su marchante, mientras pinta su último cuadro sobre una aldea nevada
en Francia.
Cuesta imaginar que textos como De lo espiritual en el
arte de Kandinsky, que difundieron la abstracción más aún que sus pinturas, no
fueran en realidad más que un “pasaporte a los museos norteamericanos”, basado
en unas cuantas “trivialidades sacadas de la teosofía”. No faltan referencias
al ocultismo, desde Yeats hasta Pessoa, los dos en relación con esa oscura
figura que dió lugar al satanismo moderno llamada Aleister Crowley. Pero hay
algunas preguntas que vienen una y otra vez al leer estas biografías: ¿se puede
juzgar finalmente una obra por la ideología del autor?, o ¿es que no se puede
hacer gran arte con ideas perversas y dañinas?
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