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martes, 12 de junio de 2012

NARCISO Y GOLDMUNDO - HERMANN HESSE


NARCISO Y GOLDMUNDO   -  HERMANN HESSE
Sudamericana, Bs As 1978, 17.5x12 cm, 412 pp.

Narciso y Goldmundo es una novela en la que el autor resalta las cualidades de los complementarios opuestos, por vía de la oposición y luego confluencia de los dos personajes que dan nombre a la obra que data de 1930. Narciso representa la parte lógica, el erudito científico mientras que Goldmundo encarna el espíritu artístico llamado a sentir el mundo en una escala mayor, lleno de dicha y dolor. Se trata de una novela de “conciliación” de antagonismos. Los dos personajes protagónicos de la misma, Narciso y Goldmundo, siguen, cada uno, sus propios caminos, atraviesan -el uno y el otro- innumerables desventuras y descubrimientos. Sus puntos de vista respectivos sobre el mundo, sus cosmovisiones, bosquejan en el inicio trayectorias marcadamente divergentes, para rencontrarse.  Hesse buscará conjugar a su manera sin quebrantarlo, un dualismo manifiesto entre espíritu y materia, entre espiritualidad y animalidad, o entre la vocación y la mirada de las ciencias y la de las artes. El núcleo de pensamiento fundamental se halla en los dos últimos capítulos del libro. Allí, Hesse desarrolla, con las palabras de Narciso, sus ideas rectoras, al concluir el desarrollo de los hechos concretos. El contraste entre naturaleza y espíritu es el corazón de la novela, en lo que concierne a la persecución y hallazgo de la verdad. Tanto Narciso, que representa el espíritu, como Goldmundo que simboliza la naturaleza, se han de sentir insatisfechos de sus respectivas búsquedas. Sus caminos son parciales, y no representan la totalidad humana. De esta manera Goldmundo se verá alejado de la espiritualidad y de la fe en Dios, en tanto que Narciso, inmerso en ambas, se verá desprovisto del conocimiento de la vida sensorial. Por último, algo de paz encontrarán al sentir que la bifurcación se ha debido a la aceptación de la personal idiosincrasia, del sí mismo esencial.
Ahora bien, esta búsqueda de lo inherente al hombre, de su misterio, no conduce en ninguno de los dos caminos a una respuesta, muy al contrario; en la búsqueda del fin se alejan de sus orígenes, que son, en definitiva, el objetivo perseguido. Vano esfuerzo, pues, el de la razón lógica, aun siendo tan preclara como la de Narciso, e ímprobo trabajo el de la intuición mística, aun mostrándose tan pura como la de Goldmundo. Verdadero existencialismo, el hombre es sólo un ser incompleto y no realizado arrojado al mundo. La Voluntad, esta vez de conocimiento y comprensión, es la que lo mantiene alerta en esta vida.
El libro, en la forma, también es magnífico; su prosa, sus pausas y su estilo son conmovedores, siendo la traducción muy bien realizada, conservando la belleza del texto en la medida de lo posible.
En resumen, es una joya de la Literatura.

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