EL FENOMENO LSD (s/uso) -
CASHMAN JOHN
Plaza y Janes, Barcelona, 1980, 18x10, 185 pp. Tapa blanda, rustica original
de editor, ejemplar sin uso, excelente estado.
Interesante ensayo a cargo del escritor y periodista John Cashman, fiel
reflejo y documento de la época en la que fue escrito, de la forma de pensar del
pueblo y del sentir general.
En 1966, en plena vorágine del uso de la Dietilamida del ácido lisérgico
o LSD, Cashman nos propone un corto pero intenso viaje desde la aparición y
descubrimiento de la sustancia en un laboratorio suizo en 1938, donde el
químico Albert Hoffmann de los laboratorios SANDOZ sintetizó la sustancia
durante un programa de investigación intentando buscar sustancias medicinales
derivadas del alcaloide ergolina (presente en el centeno), hasta los
movimientos sociales que surgieron alrededor de su consumo, casi rayando en el
sectarismo. La sustancia quedó olvidada junto a otras del laboratorio de SANDOZ
hasta que Hoffmann descubrió por casualidad las propiedades psicodélicas de la
sustancia en 1943.
A partir de ahí, el libro nos cuenta sobre la sustancia en la época,
desde sus posibles usos para el tratamiento de enfermos mentales (se creía que
el LSD, por sus propiedades alucinógenas iba a ser la panacea para el
tratamiento de la esquizofrenia), hasta el culto cuasi religioso al que fue
sometido el LSD por personajes famosos como el escritor y psicólogo Thomas
Leary, que se convirtió en el gurú de la sustancia creando diversas
organizaciones al filo de la legalidad que promulgaban que el LSD iba a ser la
vía rápida de conectarse a Dios y de vivir una experiencia límite religiosa.
Sea como fuere, la época convulsa vivida en aquellos años en EEUU, con
el conflicto bélico de Vietnam en pleno auge y una juventud contestataria,
hacía que las universidades fueran hervideros para la experimentación con
drogas, con una juventud deseosa de evadirse de la realidad reinante.
Todo ello es reflejado en el libro, con multitud de testimonios y
declaraciones de todo tipo de personas que han tomado la sustancia, desde
universitarios de Harvard a científicos. También hace un pequeño estudio
comparativo entre las sustancias alucinógenas conocidas en la época: el peyote
mexicano y drogas de laboratorio, pasando por míticas sustancias de leyenda
como el SOMA al que hacía referencia Aldous Huxley en Un Mundo Feliz.
Lo bueno de bucear entre antiguos y añosos libros ya olvidados es la
satisfacción de descubrir interesantes libros como este, en el que el autor,
sin posicionarse hacia ningún lado, nos describe toda la idiosincrasia que
rodea a los alucinógenos y su posible "legalización" con fines
medicinales.
Todo un documento de toda una época.
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