LA VIDA DE LAS
HORMIGAS - MAURICIO MAETERLINCK
Ed Las Grandes Obras, Bs As 1ra ed 1944, 17.5x12 cm,
187 pp.
Maurice Polidoro Marie Bernard Maeterlinck recibió el
Premio Nobel de Literatura en 1911 y en 1949 la Medalla de la Lengua
Francesa. Fue autor de poemas, ensayos y
obras de teatro, dentro del simbolismo, y con frecuente referencia a la muerte
y el sentido de la vida.
“En las ciencias no hay jerarquías. La mirmecología es una de aquéllas, y de las
que más cerca siguen los límites más sutiles de los problemas más trágicos y
más desconsoladores. Desde cierto punto de vista, el más humilde hormiguero,
abreviado por nuestros propios destinos, es más interesante que el más
formidable conjunto globular de nebulosas extragalácticas en el que bullen
millones de mundos, miles de veces
mayores que nuestro Sol. El hormiguero nos ayudará más pronto y más eficazmente
a descifrar el pensamiento y la intención oculta de la Naturaleza y algunos de
sus secretos, que, en la Tierra y en el Cielo son en todos los casos idénticos.
Para que nos interesen cuanto es debido y necesario esas vidas, que no están en
nuestra escala, supongamos que se trata de la historia de una raza
prehumana que hubiera existido en la
Tierra miles de millones de años antes que nosotros. Nada nos revela que no las haya habido como tampoco nos afirma ningún síntoma que no
haya de surgir una raza poshumana miles o millones de años después de que
desaparezca la nuestra. En la infinitud del tiempo, el pasado y el porvenir son
intercambiables. El hormiguero debe ser considerado como un individuo único
cuyas células no están aglomeradas, sino, disociadas, diseminadas,
exteriorizadas, sin dejar de permanecer sometidas , a pesar de su aparente
independencia, a la misma ley central. También es posible que se descubra
cualquier día una red de relaciones electromagnéticas, etéreas o psíquicas de
las cuales apenas si tenemos una muy vaga
noción.
Somos solamente
un ser colectivo, una colonia de
células sociales, pero ignoramos quién manda, dirige, reglamenta y armoniza la
actividad prodigiosamente compleja y diseminada
de nuestra vida orgánica, base de una manifestación accesoria, tardía,
precaria y efímera. Si no conocemos y no vemos nuestro propio misterio, que
parece saltarnos a la vista ¿cómo hemos
de confiar en descubrir el gran misterio análogo que se oculta en las colonias
de los insectos sociales?”
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