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jueves, 12 de julio de 2012

LA VIDA DE LAS HORMIGAS - MAURICIO MAETERLINCK


LA VIDA DE LAS HORMIGAS   -   MAURICIO MAETERLINCK
Ed Las Grandes Obras, Bs As 1ra ed 1944, 17.5x12 cm, 187 pp.

Maurice Polidoro Marie Bernard Maeterlinck recibió el Premio Nobel de Literatura en 1911 y en 1949 la Medalla de la Lengua Francesa.  Fue autor de poemas, ensayos y obras de teatro, dentro del simbolismo, y con frecuente referencia a la muerte y el sentido de la vida.
“En las ciencias no hay jerarquías.  La mirmecología es una de aquéllas, y de las que más cerca siguen los límites más sutiles de los problemas más trágicos y más desconsoladores. Desde cierto punto de vista, el más humilde hormiguero, abreviado por nuestros propios destinos, es más interesante que el más formidable conjunto globular de nebulosas extragalácticas en el que bullen millones de mundos,  miles de veces mayores que nuestro Sol. El hormiguero nos ayudará más pronto y más eficazmente a descifrar el pensamiento y la intención oculta de la Naturaleza y algunos de sus secretos, que, en la Tierra y en el Cielo son en todos los casos idénticos. Para que nos interesen cuanto es debido y necesario esas vidas, que no están en nuestra escala, supongamos que se trata de la historia de una raza prehumana  que hubiera existido en la Tierra miles de millones de años antes que nosotros. Nada  nos revela que no las haya habido  como tampoco nos afirma ningún síntoma que no haya de surgir una raza poshumana miles o millones de años después de que desaparezca la nuestra. En la infinitud del tiempo, el pasado y el porvenir son intercambiables. El hormiguero debe ser considerado como un individuo único cuyas células no están aglomeradas, sino, disociadas, diseminadas, exteriorizadas, sin dejar de permanecer sometidas , a pesar de su aparente independencia, a la misma ley central. También es posible que se descubra cualquier día una red de relaciones electromagnéticas, etéreas o psíquicas de las cuales apenas si tenemos una muy vaga  noción.
Somos solamente  un ser colectivo,  una colonia de células sociales, pero ignoramos quién manda, dirige, reglamenta y armoniza la actividad prodigiosamente compleja y diseminada  de nuestra vida orgánica, base de una manifestación accesoria, tardía, precaria y efímera. Si no conocemos y no vemos nuestro propio misterio, que parece saltarnos a  la vista ¿cómo hemos de confiar en descubrir el gran misterio análogo que se oculta en las colonias de los insectos sociales?”

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