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lunes, 18 de noviembre de 2013

MEMORIAS DEL CORONEL MANUEL BAIGORRIA

MEMORIAS DEL CORONEL MANUEL BAIGORRIA

EUDEBA, Bs As, 1977, 15x22, 127 p. Tapa blanda, rustica editorial, ejemplar sin uso, excelente estado.

Manuel Baigorria (1809/1875), estuvo largos años refugiado en las tolderías de los  indígenas. Llegó a ser considerado un cacique entre los ranqueles.
En 1868 comenzó a escribir estas interesantes Memorias, de las que vale la pena citar el prefacio:
"El coronel Baigorria, en la Villa de Río Cuarto, a seis días del mes de mayo de 1868, no teniendo en qué distraerse, se ocupa en recordar ligeramente su pasada y agitada vida."
Ingresó a la vida militar desde muy pequeño y actuó bajo el mando del General José María Paz -uno de los principales jefes unitarios-. Peleando al lado de Luis Videla -líder cuyano- cayó prisionero después de la batalla de Rodeo Chacón en 1831; y merced a la acción de un soldado no integró una caravana de prisioneros que iba directo al fusilamiento.
Luego de esa derrota -algo que se tornaría una costumbre en su vida- y ante un clima general adverso por el dominio de los federales, tomo una decisión que establece un quiebre en su vida: al poco tiempo de pasar los veinte años decidió refugiarse en las tolderías de los indios ranqueles.
En ese momento ya tenía los antecedentes necesarios para ser protagonista en las peleas por el control de territorio en la región de Cuyo y en las provincias del centro del país, de modo que establecido entre los indios no dejó de participar en la vida del otro lado de la frontera, convocado por distintos jefes.
Su vida en las tolderías le valió el apodo de "el indio". De hecho se estableció tan bien que al tiempo se convirtió en uno de los caciques principales; y de ese modo no sólo tuvo mando sobre tropas blancas (otros refugiados) sino sobre indios que pelearon bajo sus órdenes en las luchas político-militares durante dos décadas.
Al regresar al territorio blanco dejó un heredero, de modo de perpetuar el apellido Baigorria en el dominio de la pampa. Tal como se usaba entre los nativos, Manuel Baigorria fue padrino de un indio al que se le puso el mismo nombre y al que se apodaba "Baigorrita".
Darle el nombre a un sobrino implicaba ponerlo bajo su patrocinio para toda la vida; que el sobrino pasara del dominio del padre al del padrino, obligado a quererlo siempre, a respetarlo en todo, a seguir sus consejos y a no combatir nunca contra él
Cuenta Lucio V. Mansilla que al internarse en territorio ranquel y en una entrevista con Baigorrita le dijo a este último que Manuel Baigorria"no era buen hombre, que había sido mal cristiano y mal indio, que a unos y a otros los había traicionado"; y que la respuesta de Baigorrita fue que no desconocía sus razones, pero que al fin era su padrino, que llevaba su nombre y que no podía dejar de quererle.
Este cacique fue un gran jefe que defendió a su indios estoicamente y murió en 1879 peleando contra las fuerzas nacionales.

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