laplumalibros@gmail.com

miércoles, 4 de febrero de 2015

EL HOMBRE MEDIOCRE - JOSE INGENIEROS

EL HOMBRE MEDIOCRE    -   JOSE INGENIEROS
Cauce, Bs As, 1957, 20.5x14, 156 p. Tapa blanda con solapas, rustica editorial, ejemplar usado, excelente estado.

José Ingenieros (1877 Italia - 1925 Bs As) Su nombre original era Giuseppe Ingegneri. Fue médico, psiquiatra, psicólogo, farmacéutico, escritor, docente, filósofo y sociólogo. En 1892, tras terminar sus estudios secundarios, fundo el periódico La Reforma. Ingenieros termino sus estudios en las universidades de Paris, Ginebra, Lausana y Heidelberg. Hacia 1919 renuncio a todos los cargos docentes y comenzó hacia 1920 su etapa política, participando de manera activa en favor del grupo Claridad, de tendencia comunista. Unos años después propuso la formación de la Unión Latinoamericana, una organización que difundió sus ideas antiimperialistas. En 1925, poco antes de morir fundo la revista Renovación, en la que escribió con los seudónimos de Julio Barreda Lynch y de Raúl H. Cisneros. Ingenieros se distancio del socialismo de Estado y empezó a colaborar con periódicos anarquistas.
Ingenieros fue un representante destacado del pensamiento positivista, sobre todo en sus primeros años. También fue uno de los fundadores del socialismo en Argentina, aunque no participó orgánicamente en la actividad partidaria. A partir de la década del 10 comenzó a profundizar una línea de pensamiento más relacionada con los aspectos morales y políticos, aspectos ambos que Ingenieros veía íntimamente relacionados, inspirando a la juventud latinoamericana que realizó la Reforma Universitaria desde 1918 y lo nombró Maestro de la Juventud de América Latina. Sus desarrollos sobre la identidad latinoamericana y el antiimperialismo tuvieron gran influencia sobre varias generaciones del continente.
El hombre mediocre es incapaz de usar su imaginación para concebir ideales que le propongan un futuro por el cual luchar. De ahí que se vuelva sumiso a toda rutina, a los prejuicios, a las domesticidades y así se vuelva parte de un rebaño o colectividad, cuyas acciones o motivos no cuestiona, sino que sigue ciegamente. El mediocre es dócil, maleable, ignorante, un ser vegetativo, carente de personalidad, contrario a la perfección, solidario y cómplice de los intereses creados que lo hacen borrego del rebaño social. Vive según las conveniencias y no logra aprender a amar. En su vida acomodaticia se vuelve vil y escéptico, cobarde. Los mediocres no son genios, ni héroes ni santos.
Un hombre mediocre no acepta ideas distintas a las que ya ha recibido por tradición (aquí se ve en parte la idea positivista de la época, el hombre como receptor y continuador de la herencia biológica), sin darse cuenta de que justamente las creencias son relativas a quien las cree, pudiendo existir hombres con ideas totalmente contrarias al mismo tiempo. A su vez, el hombre mediocre entra en una lucha contra el idealismo por envidia, intenta opacar desesperadamente toda acción noble, porque sabe que su existencia depende de que el idealista nunca sea reconocido y de que no se ponga por encima de sí.
POR CUALQUIER CONSULTA COMUNICATE CON NOSOTROS. Envíos

La Pluma Libros    Rosario
Libros con más historias que las que cuentan.