LA TRAGEDIA DEL
MOVIMIENTO OBRERO - ADOLF STURMTHAL
Editorial
Huella, Bs As,1ra edición 1956, 14x20, 353 p. Tapa
blanda con solapas, rustica editorial, ejemplar sin uso, excelente
estado, levemente amarronado. Lomo
y tapas un poco rozadas.
El
sociólogo alemán Adolf Sturmthal, explica en este libro cómo el
comportamiento de grupo de presión del sindicalismo alemán, al no
hacerse cargo de los desafíos políticos y económicos de la crisis
de la primera post-guerra, permitió el ascenso del nazismo al poder.
La
obra de Sturmthal ha seguido el desenvolvimiento de las luchas de
clase en todo este período. Aun cuando la misma se reduce al
panorama europeo, no por ello deja de presentar enseñanzas que
tienen muchos puntos de contacto con el proceso seguido por el
movimiento obrero en Norteamérica y en América Latina. Sturmthal
comienza su obra dándonos las definiciones de grupos de presión y
de acción política, que desarrolla en su primer capítulo, en donde
queda señalada la gran falta del movimiento obrero, que careció de
un plan constructivo definido. Este hecho nos lo revela a través de
la exposición de los acontecimientos que condujeron a un equilibrio
de las fuerzas de clase con la consiguiente parálisis de todo un
proceso que en su desmoronamiento produjo el triunfo del fascismo: la
instauración de gobiernos socialistas o de coalición que seguían
una política económica de contentamiento a las fuerzas sindicales
sin atreverse a romper con el estrecho marco de ideas económicas que
no rebasaban en ella la concepción clásica de la economía, del
laissez-faire en momentos que se hacía indispensable la destrucción
del tabú de la ortodoxia monetaria. La clase obrera se encontraba
ante el dilema de decidir su camino, o bien aceptaba “la
responsabilidad de la dirección política y consciente de los
intereses de la nación entera, más bien que de los solos intereses
del proletariado industrial. En otras palabras, ha de someterse a las
necesidades del orden social existente o bien transformarlo tomando
la iniciativa a favor de una política constructora. Es este esfuerzo
constructor el que designo por el término de acción política"
Pero
ya desde el período que precedió a la primera guerra mundial se
sentaron las bases para el fracaso del movimiento obrero, que se
caracterizó por un verbalismo carente de acción real, que había de
embarazar a todo el movimiento hasta nuestro tiempo. Se presentaban
dos perspectivas: una, la que conducía al reformismo y a una
colaboración efectiva de clase, y la otra una subversión
revolucionaria del régimen imperante con el establecimiento del
socialismo.
El
primer camino no se realizó sino en algunos aspectos muy limitados y
el segundo sólo pudo ser alcanzado en la U.R.S.S., sin que la
existencia de la Internacional Comunista con posterioridad al triunfo
de la revolución rusa lograra en la práctica coincidir con el
desarrollo de la revolución en Europa, que lentamente transformó su
actividad en una estéril acción contra la socialdemocracia sin que
llegara a rebasar en definitiva la vieja táctica de grupo de presión
y de un radicalismo verboso, pero carente de una clara idea económica
que superase la consigna de "¡Haced pagar a los ricos!".
Esta actitud fue un elemento más de confusión en la política de
frente popular, en momentos en que la política exterior era lo
fundamental y ante la cual debió subordinarse toda la acción de la
clase obrera, más preocupada entonces por las reivindicaciones
sociales que en una participación responsable en una acción
internacional que paralizase la fuerza del fascismo.
Después
de tratar lo que él explica como la causa del fracaso del movimiento
obrero, continúa el autor con varios capítulos dedicados al fracaso
de la revolución alemana, para luego seguir estudiando el movimiento
obrero durante la gran depresión, donde analiza el ingles, el alemán
y el francés, para culminar con el éxito de la acción reformista
en Suecia.
Las
dos partes que dedica Sturmthal al movimiento obrero en los momentos
en que triunfó el fascismo en Alemania constituyen la culminación
política de toda una tradición que falseó el movimiento obrero
cuyo último intento de Frente Popular, lejos de alcanzar su
superación, sirvió para acentuar ya en plena crisis internacional
todas las deficiencias que abrigaba en su seno.
El
precio que habrá de pagar el movimiento obrero por el descuido del
pensamiento y de la acción política, una vez que haya alcanzado su
pleno vigor, es el fascismo. El presente político en las democracias
está dominado por los responsables de la catástrofe y el
movimiento obrero no se ha librado aún de los lideres y los
principios que lo llevaron a la derrota.
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