EL
CONFLICTO CHINO SOVIETICO-HUDSON/LOWENTHAL/MAC FARQUHAR
Paidós,
Bs As, 1ra ed. 1969, 11x18.5, 472 p. Tapa
blanda, rustica editorial, ejemplar sin uso, excelente estado.
Las
raíces del conflicto entre China y la URSS se remontan a la época
en que Mao conquistó el poder en el PCCh en la década de 1930,
contrariando las preferencias soviéticas. Hasta ese momento, el PCCh
había estado prácticamente tutelado por la URSS a través de la
Internacional Comunista, fuertemente ligada al aparato soviético.
Mao había
marcado distancias con la URSS desde antes de liderar el comunismo
chino, desarrollando una idea propia del leninismo
basada
en los campesinos más que en los obreros urbanos, en contra de la
ortodoxia ideológica aplicada en la URSS, considerando que el
elemento campesino en China era mucho más numeroso y significativo
que el proletariado obrero.
Mientras
que Stalin consideraba válido tratar a China como un nuevo satélite
de la URSS, los nuevos dirigentes chinos deseaban un trato en
condiciones de igualdad. No en vano, uno de los objetivos de la lucha
comunista en China había sido liberar al país de la sumisión a las
potencias extranjeras. Asimismo, Mao y sus colaboradores consideraban
necesario un trato igualitario al haber triunfado sin recibir ayuda
sustancial de la URSS durante la guerra civil china, y que no debían
su subsistencia a la presencia de tropas soviéticas.
La
ayuda de la URSS a la República Popular China fue vista como
mezquina e interesada por muchos líderes chinos, entre ellos el
propio Mao, a quien ya Stalin había tratado con desdén en su
primera visita a Moscú en 1949. No obstante, la URSS empezó a
remitir ayuda financiera y económica a China en amplia escala,
considerando que el atraso tecnológico e industrial de China
resultaba en un fértil terreno para asentar firmemente la influencia
soviética en el país.
Cuando
Krushchov postuló la necesidad de una coexistencia pacifica con los
países capitalistas, tal fórmula ofuscó a Mao, para quien la lucha
del comunismo contra el capitalismo hasta el aplastamiento de éste
último era un principio ideológico irrenunciable. Así, Mao
empezaba a ver a su país como el nuevo referente mundial de la lucha
comunista, que debía abandonar a una URSS que traicionaba a la causa
ideológica. En 1958 Krushchov, nada temeroso de un enfrentamiento
armado de la URSS con los EEUU por la cuestión de Taiwan, rehusó
apoyar las acciones militares del Ejercito Popular de Liberación,
las fuerzas armadas chinas, contra los archipiélagos de Matsu y
Quemoy, controlados por Taiwan al final de los 50. Nuevamente Mao
consideró esta negativa soviética como un repliegue de la URSS ante
EEUU, por lo cual consideró que China debería contar sólo con sus
propias fuerzas en caso de un conflicto bélico contra EEUU y Japón.
En
1962, con las relaciones aún más tensas, China condenó la posición
soviética durante la crisis de los misiles en Cuba acusándolo de
pasar del aventurerismo a la capitulación ante EE.UU., mientras la
URSS acusó al gobierno chino de no prever las consecuencias de una
guerra nuclear. Poco después la URSS negaría una vez más el apoyo
a la República Popular China en la breve guerra que ésta mantuvo
con la India en noviembre de 1962 por el control de una zona
fronteriza en el extremo suroccidental del país. Con ello, la
ruptura quedó completada entre China y la URSS, aunque sin llegar
formalmente al rompimiento de relaciones diplomáticas.
A
estas desavenencias ideológicas se unieron otras de tipo
territorial. Aunque en el Tratado de Amistad, Alianza y Asistencia
Mutua firmado el 14/feb/1940, había aceptado reconocer la
independencia de Mongolia, antiguo territorio chino, los dirigentes
chinos intentarían reabrir la cuestión tras la muerte de Stalin.
También se plantearon otras reivindicaciones territoriales chinas a
lo largo de la frontera entre los dos países. Krushchov rechazó
categóricamente las pretensiones chinas de revisar la frontera
sino-soviética.
Estas
disputas territoriales alcanzarían su momento de tensión máxima en
el incidente bélico de la isla de Zhenbao ("Damanski" en
ruso) en el rio Ussuri, donde se desarrolló una serie de combates
entre marzo y setiembre de 1969 entre tropas chinas y soviéticas por
el control del islote. Este enfrentamiento armado supondría el punto
más bajo en las relaciones entre los dos países, y se llegó a
temer la posibilidad de una gran guerra abierta entre las dos
potencias comunistas.
POR
CUALQUIER CONSULTA COMUNICATE CON NOSOTROS. Envíos
La Pluma Libros
Rosario
Libros con más
historias que las que cuentan.