NAVES
EXTRATERRESTRES - PEDRO ROMANIUK
Larin,
Bs As, 1986, 14x20, 191 p. Tapa blanda,, rustica editorial, muy buen
estado de conservación, ejemplar usado.
En
esta obra, el autor hace un llamado de atención al mundo, que está
al borde de una nueva era, muy relacionada con nuestra ubicación en
el Cosmos y las visitas que de allí recibimos y la intervención de
mentes superiores. En este llamado de atención, es de fundamental
importancia la actitud de los hombres respecto de la guerra y las
nuevas armas que se perfeccionan día a día, por el peligro que una
guerra total significaría para el sistema solar. Se espera, por lo
tanto intervención extraterrestre, de lo cual, el autor afirma, ya
ha habido señales. El origen de la vida en la tierra no se limitaría
a los esfuerzos de Adán y Eva sino que contaría con la intervención
extraterrestre acorde al grado de evolución del planeta dentro del
Universo. Hay un equilibrio entre el aspecto material y el espiritual
que determina el grado evolutivo de los seres. Por eso muchas veces
no comprendemos estas "intervenciones". El autor pone
énfasis en la necesidad de una apertura de conciencia hacia
conceptos universales, y del desarrollo de nuestros sentidos de
honestidad y decencia. Señala también el camino hacia la unidad de
la raza humana, sin fronteras ni divisiones, bajo la bandera única
de la Naturaleza. Estamos aquí cumpliendo con nuestra evolución. El
autor cita pasajes de la Biblia donde se describen visitas del
cosmos, y muchas declaraciones de científicos en años recientes, y
expone su teoría bien fundamentada con respecto a los cataclismos
mundiales. El sol no sería, como se cree, una bola de fuego sino un
lugar habitable y de hecho habitado por seres de altísima evolución,
tal como lo atestiguan muchas antiguas religiones. La materia puede
convertirse en pura energía, reduciendo su masa al mínimo, en cuyo
caso el tiempo deja de existir. Esto explicaría el medio usado por
los extraterrestres para cubrir distancias gigantescas y aparecer
bruscamente al retransformar la energía en materia. Asimismo, para
comunicarse utilizan una longitud de onda mental conocida como
telepatía. Sobre este tema, el autor refiere múltiples ejemplos y
experimentos. Ahonda en el tema de la mente humana, su constitución
y relación con la evolución. El bioplasma o energía que permea el
cuerpo humano, es fotografiable por medio de la cámara Kirlian. El
autor relata experimentos realizados en este campo de investigación
y las posibilidades de aplicación para fines curativos. En la teoría
de los ciclos evolutivos, este cuerpo energético no muere con el
cuerpo material sino que pasa a un estado de pura energía que puede
ser captada con los instrumentos adecuados. El autor se refiere luego
extensamente al equilibrio ecológico que rige nuestro planeta y sus
actuales y crecientes alteraciones, producidas, en sus grados más
graves, por los desperdicios radiactivos y las explosiones atómicas.
En el capítulo final. "Ciencia sin alma", el autor plantea
que la humanidad no ha llegado aún al grado de evolución espiritual
necesaria para poder utilizar los medios técnicos que tiene en sus
manos sin caer en la carrera de autodestrucción en la que ya se
encuentra sumergido, y que no es el destino para el cual fue creado.
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