EL ORIGEN DEL
HOMBRE -
CHARLES DARWIN
Sociedad
Editora Latino Americana. Bs As 1ra ed. 1958, 20x14.5 cm, 203 págs.
Antes
del siglo XIX existieron diversas hipótesis que intentaban explicar “el origen
de la vida sobre la Tierra”. Las teorías creacionistas que hacían referencia a
un hecho puntual de la creación divina; y por otra parte, las teorías de la
generación espontánea que defendían que la aparición de los vivos se producía
de manera natural, a partir de la materia inerte.
Una
primera aportación científica sobre el tema es el trabajo de Oparin (1924), El
origen de la vida sobre la Tierra, donde el bioquímico y biólogo ruso propone
una explicación, vigente aún hoy, de la manera natural en que de la materia surgieron las primeras formas
pre-biológicas y, posteriormente el resto de los seres vivos. En segundo
aspecto de la generación espontánea de la vida
tiene una respuesta convincente desde mediados del siglo XIX.
Esto
es así, gracias a Pasteur y fundamentalmente a Darwin quienes realizaron
experimentos al respecto. Este último, naturalista británico realizó una obra
de vital trascendencia (1859): El origen de las especies. La cual tiene por
objetivo aportar una explicación científica sobre la evolución o denominada “descendencia
con modificación” Sin lugar a dudas que
existieron importantes antecedentes del tema, aunque siempre se manifiesta el
honor de haber realizado esta teoría de manera científica e inexorable, a
Charles Darwin. No muy lejos, fue su abuelo –Erasmo Darwin- quien aportó las
primeras muestras de interés científico por estos temas. No obstante, quien fue
precursor de una corriente de pensamiento sobre el estudio de la evolución de
los seres vivos, es Jean Baptiste de Monet, caballero de Lamarck (1744-1829).
Su tesis fundamental es la
transmisión de los caracteres adquiridos como origen de la evolución (es decir,
que las características que un individuo adquiere en su interacción con el
medio se transmiten después a su descendencia); denominada este principio como
Lamarckismo. La causa de las modificaciones de dichos caracteres se encuentra
en el uso o no de los diversos órganos, tesis que se resume en la siguiente
frase: «La función crea el órgano». Lamarck resume sus ideas en Filosofía
zoológica (1809), el primer trabajo científico donde se expone de manera clara
y razonada una teoría sobre la evolución.
En
lo que respecta a Darwin, viajando a bordo del Beagle, durante largos años
(1831- 1836) recogió datos botánicos, zoológicos y geológicos que le
permitieron establecer un conjunto de hipótesis que cuestionaban las ideas precedentes
sobre la generación espontánea de la vida. La diversidad observada durante esos
veinte años siguientes se intentó explicar de manera coherente mediante la
formulación de los datos obtenidos. Sin embargo, en 1858, Darwin se vio
obligado a presentar sus trabajos, cuando recibió el manuscrito de un joven
naturalista, Alfred Russel Wallace (1823/1913), que había llegado de manera
independiente a las mismas conclusiones que él, es decir, a la idea de la
evolución por medio de la selección natural.
La
obra de Malthus sobre el crecimiento de la población, fue la base que habría
tomado para sus estudios, tanto Darwin como Wallace. La misma establece que
este factor (crecimiento de la población) tiende a ser muy elevado, la cual al
disponibilidad de alimento y espacio son limitados lo mantendrá constantes, de
aquí surge esta proposición de la idea de competencia. Ambos científicos de
acuerdo a esta base argumental sustentan sus teorías estableciendo dos aspectos
relevantes, dando por sentado que los seres vivos pueden presentar clones.
La
noción de competencia establecida anteriormente por Malthus y finalmente esta
última idea, es lo que los lleva a establecer que estas variaciones pueden ser
ventajosas o no en el marco de dicha competencia. Entonces la conquista por los
recursos necesarios para la vida, dará como resultado una lucha que determinará
una selección natural la cual favorecerá a los individuos con variaciones
ventajosas y eliminará a los menos eficaces. Pese a ello, no todo es compartido
por ambos, ya que existe un punto discordante entre ellos. Y es que esta idea
de Darwin de selección natural expresada en su obra El origen del hombre
(1871), nunca fue compartida por Wallace.
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