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miércoles, 30 de septiembre de 2015

POPPER CONQUISTADOR PATAGONICO (1ra ed) BOLESLAO LEWIN

POPPER CONQUISTADOR PATAGONICO (1ra ed)  BOLESLAO LEWIN
Candelabro, Bs As, 1ra edición 1967, 20x15, 231 pp. Tapa blanda  con pequeñas roturas, rustica original de editor, ejemplar usado, muy buen estado. Contiene numerosas fotografías en byn y escritos de Popper.
Julio Popper es un personaje muy especial en la historia argentina. Sus andanzas en el “fin del mundo” son realmente de excepción, así como lo es la repercusión que tuvo en su tiempo y la estela que ha dejado.
Popper nació en diciembre de 1857 en Bucarest. Hijo de un intelectual de peso dentro de la comunidad judía, Naftali C. Popper era el director del primer colegio judío en la capital rumana y el fundador del diario Timpul. Allí, Julio estudió ingeniería en las universidades de Bucarest y más tarde en París, donde completó sus estudios-
Su espíritu aventurero lo llevó a navegar en distintos mares, recorriendo Turquía, Egipto, India, Japón y China, Estados Unidos, Cuba, México y Brasil. En este último país se encontraba cuando llegó la noticia que sellaría el rumbo del resto de su vida: a metros del Estrecho de Magallanes se había encontrado yacimientos auríferos.
Esta información bastó para ponerlo en movimiento: Popper llegó a Buenos Aires en 1885, a sus 28 años, atraído por la noticia del descubrimiento de oro en el extremo sur  argentino, más precisamente en Cabo Vírgenes. Políglota, con un dominio perfecto del castellano, traía consigo el título de Ingeniero en Minería.
El 7 de septiembre de 1886 fue autorizado a “explorar científicamente el territorio de Tierra del Fuego”. Apelando a su deducción geológica y minera fue a la Isla Grande de Tierra del Fuego, donde arribó con un grupo de expedicionarios. Allí descubrió el más importante yacimiento registrado por la actividad minera en territorios australes.
Popper tenía la visión geopolítica de crear un pueblo como modo de afirmar la Soberanía Argentina, proyecto que denominó “Atlanta”, del cual editó seis ejemplares, numerados y firmados por él, permaneciendo el Nº2 en el Museo del Fin del Mundo.
Para mantener su organización, acuñó monedas de oro de 1 y 5 gramos de manera artesanal, consiguiendo que la Casa de Moneda de la Nación acuñe 200 piezas de 5 gramos y mil de 1 gramo, legalizando su circulación. Se trataba de algo de lo más insólito, ya que en aquel momento regía en toda la Argentina el Peso Moneda Nacional, mientras que en Tierra del Fuego se encontraba el “popper”.
Murió en 1893, en Bs As, a los 36 años dejando las monedas “popper” entre su legado, las cuales hoy en día tienen alto valor numismático.
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