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domingo, 28 de agosto de 2011

LA JUVENTUD DE AURELIO ZALDIVAR - ALFONSO HERNANDEZ CATA

LA JUVENTUD DE AURELIO ZALDIVAR  -  ALFONSO HERNANDEZ CATA. Ed Ramon Sopena, Barcelona. 1ª Ed. 13x18cm. 283pp, circa 1912. 
En este libro su autor se desgrana en pensamientos múltiples y forma en torno de la fábula un marco que la dignifica y realza, poniendo sobre el interés pasajero de lo anecdótico un nimbo de ansiedad que parece querer sujetar lo efímero a lo eterno. Hernández Catá fue periodista, escritor, dramaturgo y diplomático hispano-cubano. A los 16 años ingresó en el Colegio de Huérfanos Militares de Toledo pero, nada inclinado a la carrera militar de su padre, se escapó y trasladó a Madrid, donde fue aprendiz de ebanista e ingresó en la bohemia del Modernismo. Cursó también Psicología (de lo que hay huella en sus caracterizaciones, sobre todo en los relatos cortos) e Historia. En 1907 publicó su primer libro, Cuentos pasionales. Regresó a La Habana, donde fue periodista en el Diario de la Marina y La Discusión, y colaboró en Gráfico, El Fígaro y Social. En 1909 ingresó en la carrera diplomática y en 1918 es ascendido a cónsul de primera clase y llega a Madrid, donde una serie de polémicas periodísticas va llevándole a rechazar el neocolonialismo hasta que, en 1921, unos artículos en que defiende el derecho de autodeterminación de los marroquíes motiva su expulsión y retorno a El Havre; desde entonces se sintió y proclamó profundamente cubano. Fue encargado de negocios de la República de Cuba en Lisboa, pero regresó a Madrid en 1925 como cónsul y en 1933 es nombrado Embajador de Cuba en España y, posteriormente, en Panamá (1935), Chile (1937) y Brasil (1938), donde murió en accidente de aviación al sobrevolar la Bahía de Botafogo en Río de Janeiro, el 8 de noviembre de 1940. La poetisa chilena Gabriela Mistral y el escritor austriaco Stefan Zweig pronunciaron sendos elogios fúnebres. Escribió muchos dramas y comedias. En cuanto a su narrativa, cultivó la novela erótica y romántica escribiendo más de veinte. Aunque algunos le atisban influjo de Leopoldo Alas, la mayoría observa en sus obras técnicas más propias de Rudyard Kipling, Guy de Maupassant, Joseph Conrad o Somerset Maugham. Según Max Henríquez Ureña escribía una genuina prosa modernista, trabajada con arte, castigada y elegante, de rico vocabulario, en una línea cosmopolita, libre esencias nativistas o costumbristas, mezclando una cierta crítica social naturalista con el estilo preciosista del Modernismo. EJEMPLAR DISPONIBLE